Si vemos las noticias y declaraciones de "altos" funcionarios gubernamentales, alguien podría pensar que la lucha en contra de la mineria en Panamá es un asunto entera y exclusivamente de indígenas, extranjeros, y esos ambientalístas locos. Esa es la mentira que nos ha vendido el gobierno, el mismo que dice no entender el porque las protestas: si ya no se van a tocar las comarcas, entonces no hay nada por qué quejarse, ¿verdad? Además, qué saben ellos sobre la Naturaleza; de seguro estan manipulados. ¿Verdad?
Los perjuicios de la mineria trascienden los límites comarcales o provinciales, pero el gobierno no puede ver más allá de sus bolsillos, y se complica aún más porque decide azuzar a una de las sociedades que históricamente más ha sufrido la manipulacíón y desinterés de los políticos.
Es esa historia de miseria e incomprensión que ahora nos estalla en la cara. Ahora es cuando toda la frustración supura a través de las calles cerradas, violentas protestas y la inatención a los llamados de paz.
Cuando el gobierno decidió que los indígenas eran los problemáticos también decidió -inadvertidamente- tener que lidiar con las causas y razones de TODOS los problemas que aquejan a los indígenas.
No sé hasta donde lleguemos con esto, pero me parece que solo estamos empezando.
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