Aparte de inescapables, los celulares nos han convertido a todos en fotógrafos amateurs, ya que en su gran mayoría las cámaras integradas no poseen una resolución o enfoque más alla de lo rudimentario, el resultado tiende a no ser muy bueno, por lo que la impresión de dichas fotos, que se van acumulando en el celular o en la computadora, no es un tema de apuro como lo fue en sus tiempos los rollos de cámara, que sujetos a degradación por la temperatura, luz y el tiempo, necesitaban ser revelados a riesgo de dañarse.
La conveniencia y portabilidad en cierta manera invalidan el artículo físico, con miles de fotos a nuestro haber su filtro o depuración va quedando en el olvido; si bien el costo de impresión es bajo, es más fácil montarlas en un portaretratos digital u otro medio electrónico sin menoscabo de calidad.
Ahora bien, en la medida en que se pueda desarrollar y sus costos se reduzcan, la impresión en tres dimensiones parece ofrecernos el siguiente paso en la preservación y exposición de imágenes -o más bien figuras-; donde inclusive podriamos imaginar la comercialización de objetos fabricados en nuestras casas a partir de modelos tridimensionales adaptados a nuestras especificaciones únicas. Por ejemplo una silla, cuyas partes imprimimos y luego armamos.
Mientras que llegue ese futuro, esta BumpyPhoto, empresa que imprime extrusiones a partir de nuestras fotos, supongo "leyendo" los colores y sombras de la imagen para hacer un mapa de relieves que impreso en capas, forma la imagen-escultura.
Pero cuidado, ya me imagino la casa llena de pequeñas figuras, como esas porcelanas de perros, payasos y grullas que solian tener las abuelas sobre mantelitos tejidos por todos lados.
Ahora solo necesito una buena foto de Scarlett Johansson.
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