Leía en un períodico local, que una meta del gobierno actual es la convertir a Panamá en un centro estratégico para turismo de lujo, con las consecuentes ponderaciones en la oferta de productos y servicios relacionados. Ciertamente una empresa de alto vuelo, pero igual de cierto que estas actividades en un país como el nuestro estan divorciadas de un desarrollo coordinado, integral como nación.
Estos productos -perfumes, ropa, alimentos- no se manufacturan aquí, ni generan puestos de trabajos a un volumen que pueda disminuir la taza de desempleo existente. Nos dan la apariencia del primer mundo, pero no nos convierte en tales.
Soy de la opinión que lejos de querer imitarlos, debemos encontrar nuestro propio camino de desarrollo. La imagen no basta, pero hace que muchos resientan ver un abismo mayor entre ricos y pobres.
Las consecuencias son predecibles y se han cumplido en otros países, el incremento de la delincuencia, el descontento social, violencia, etc.
Sin embargo, si es este el camino trazado, lo mejor que podemos hacer es paralelamente ir dando valor a aquellos rubros y actividades que como he dicho antes, puedan ofrecer más y mejores empleos a los que menos tienen y abaratar sus costos de vida, por ejemplo, la producción agrícola o la construcción de viviendas y comunidades que no participen de la especulación, es decir, algo que llene los estómagos, no la vista. Algo de verdad que nos haga sentir parte del desarrollo, no meros espectadores.
Todo el pixel art del artículo pertenece a los habilidosos del grupo Eboy.
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