Hace un par de días me enteré de la muerte del pintor Jeff Jones. Jones, quien fue uno de los cuatro artistas que componian The Studio en los 70s (Kaluta, Wrightson, Jones y Windsor-Smith) siempre fue para mi una fuente de inspiración y a la vez, al contemplar el inmenso abismo entre mis garabatos y su magistral dominio del color y la figura, razón de sutil envidia.
Steven Thompson nos invita a que se trascienda sus raices en el comics y como Frazetta mismo, se le reconozca como uno de los mejores pintores de nuestro tiempo. Concuerdo con ellos; solo hay que observar sus composiciones para ver que él y Winslow Homer compartieron sin tiempo el mismo camino.
No tiene mucho sentido tratar de explicar con palabras lo que el gusto por el arte comunica directo al corazón, mejor es visitar el sitio de Jones y deleitarnos en su talento.
De él tengo un print de World Without End, que hoy me comunica más melancolía por ese mundo que no es y ya nunca será.
Si un hombre no lleva el paso de sus compañeros, tal vez es porque escucha a otro tamborilero. Dejadlo llevar el paso a la música que oye, no importa lo rítmica o remota que sea - Henry Thoreau
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