La semana pasada asistí al concierto, double billing, de America y Roger Hogdson; donde pude disfrutar la interpretación de temas que he escuchado toda la vida y así, como dijo Hogdson, nos definen, son parte de uno.
Es siempre un plus, presenciar el profesionalismo de un artísta, su capacidad de reproducir con vívido sentimiento, noche tras noche, ese hito que los impulsó a la atención del público y que forma parte de la historia musical. Los primeros albums de America y el Breakfast in America de Supertramp, son discos que puedo escuchar de principio a fin, siempre encontrando en ellos algo que nos hace apreciarlos por su sinceridad y belleza.
Antes del concerito, mucha gente se preguntaba: ¿Serán los mismos de aquellos tiempos? ¿Con quien de Supertramp tocará Roger? ¿Música de los 70s? ¿Rock Progresivo? Etiquetas nada más, la buena música no tiene tiempo. Ambas presentaciones fueron excelentes, y en el caso de Hodgson, increible, ya que con el grupo que lo acompañaba, esta era su cuarta presentación.
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