Momentos de
confusión y enojo se vivieron el jueves pasado
en la isla Copetal, ubicada en el Archipiélago
de las Perlas, donde agentes de la PTJ y personal
de la fiscalía 6° exhumaron los restos de quien
en vida se conociese popularmente como doña
Blanca, pronunciada difunta el 19 de marzo
por el galeno Walterio Díaz, recientemente
asignado al área.
La investigación
fue solicitada por el Dr. Díaz dadas las singulares
circunstancias que rodeaban a la hoy occisa, quien sufría
de una condición cardíaca agravada por una
hipersensibilidad al Sol la cual nunca se trató
adecuadamente y otras averiguaciones que éste llevó en
principio por su cuenta y que luego involucraron a las
autoridades.
El
momento álgido del día se produjo cuando un
visitante se identificó como Justin Hambler, hermano de
Gisela, lo cual fue negado por los enardecidos vecinos y
familiares, hasta que el doctor mostró una evidencia
probable de hecho: un recorte de revista; la foto de un
niño, muy parecido al Sr. Hambler, dentro del puño
cerrado de Gisela.
Gisela o Gisselle Hambler nació
en Bruselas en el año 1932; sus padres, diplomáticos de
carrera se encontraban visitando el archipiélago en 1940
cuando naufragaron y fueron dados por desaparecidos cerca
del Copetal. Criada por Mitzila de Ortega quien la recibió
de un pescador que la encontró en la playa, y entregada
a los 14 años a su hijo, Víctor Ortega; quien la
mantuvo oculta del mundo por el resto de sus días
aduciendo la antes mencionada dolencia.
En final de
esta historia se decidirá hoy en los tribunales
donde el gobierno belga reclama el traslado del
cuerpo, mientras que los hijos de doña Blanca
aseguran que ella amaba la isla, sin poseer más
respaldo a ésta aseveración que una caja
llena de conchas de colores.