10/31/2008

Una ley sin valor

Mientras más lo pienso, menos sensato me parece regalarle la responsabilidad de la orientación en materia de sexualidad y reproducción de nuestros hijos a un burócrata. Esta función tiene que ser asumida por los padres ya que ni los proponentes de la ley ni los que la adversan han podido manejar de forma efectiva los problemas que enfrentan tanto jóvenes como adultos, a falta de no solo una educación científica en el tema, sino más importante, en valores.

Es la fractura de la base de la sociedad la que exacerba las consecuencias de una conducta que siempre ha existido; lo que los proponentes buscan es minimizar las estadísticas con folletos, latex y pastillas, la iglesia quiere tapar con un dedo el sol. Al final se aprobará una ley que, dada las actitudes y creencias prevalentes, no valdrá el papel donde se imprima.





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