Hace algún tiempo cambié el viejo refrigerador por uno nuevo e inmediatamente se registró un baja considerable en nuestro consumo de energía, de hecho, nuestra cuenta de luz bajó un 25%. Otro ahorro proporcional se dió al cambiar el televisor de más de 10 años por un LCD y la lavadora. En la actualidad se promueven equipos de aire acondicionado que consumen hasta un 60% menos de electricidad con respecto a modelos de años anteriores.
Es así como podemos constatar que las mejoras en la eficiencia de los equipos tecnológicos es real y no solo parte de una estratégia de mercadeo.
Sin embargo nos quedan dos preocupaciones: qué hacer con los equipos viejos y por cuanto debemos mantener los nuevos.
En cuanto a la primera interrogante, confieso que yo era de los que regalaba estos cachibaches a amigos y familiares a modo de "beneficiarlos" cuando en realidad he aprendido los estaba perjudicando, es mejor entonces encontrar quien los recicle, reutilizando su metal y descartando lo inútil.
A lo segundo es mantener registros sencillos de consumo eléctrico, considerando las altas y bajas en la tarifa a modo de saber cuando es prudente el próximo cambio y mantener el control de nuestros gastos y el allure de lo nuevo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario