Mientras leo "Silver Surfer: Requiem", me he sumergido en el personaje y la trama tan límpida e inspiradora que ha escrito Straczynski. El Silver Surfer descrito es un hombre que ha conocido de primera mano la belleza inconmensurable del Cosmos y no puede entender como nuestra vista es constantemente cegada por el odio y la mezquindad. En el mejor estilo de Stan Lee ha sabido imprimir en Norrin toda la mística de lo que es ser un héroe; contrastando su fuerza exterior con su inhabilidad al intentar cambiar significativamente el mundo injusto en que vivimos.
Esta frustración es una idea que se potencia en la segunda parte de la obra, para ser resuelta a través de la lección moral del sacrificio, haciéndonos entender la naturaleza del arquetipo: el desprendimiento del Ser en favor de un ideal.
A pesar de los tiempos interconectados en que vivimos, el comic y la ficción no dejan de ser vistos como literatura de tercera, pero como en todo hay perlas escondidas que merecen una segunda mirada ya que obras como esta consiguen comunicar efectivamente al lector algo poco visto en el resto de los medios: la importancia de los Valores.
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