A mi parecer, la Feria del Libro de este año resultó ser muy pobre. Una reunión de las principales librerías del país -de la capital, para ser exactos- ofreciendo las mismas obras a precios no muy diferentes a los encontrados en dichos establecimientos. Por otro lado, supongo que por la conocida afluencia de niños, han concentrado su oferta en acaparar al máximo el segmento de mercado de libros de cuentos y enciclopedias. Pedro Altamiranda escribió un caustico artículo en
La Prensa sobre esto, tristemente pienso que lo que él ha aportado a la cultura, o más bien, al
makeup cultural panameño, no es mucho mejor que lo que critica, lo cual demerita el mensaje en general, por muy acertado que este nos parezca. Por ejemplo, que Amazon y FNAC, se estan comiendo a las librerias de cemento, en función de precios y variedad.
Había dicho que mi objetivo este año era conseguir las obras de Cortázar, pues, al visitar el área de los autores argentinos encontré pocos volúmenes de ilustres desconocidos y nada de los maestros. Igual suerte corrí en los stands de México y el principal, Perú, donde hasta el folletín mas flaco era sujeto al tratamiento
deluxe, encuadernados en lo que supongo era platino o piel de llama.
Supongo que las fuerzas del comercialismo son mayores que las de la difusión cultural
per se, el objetivo se trastoca cuando lo más importante es que obra sea un bonito adorno a que pueda ser asequible al lector.
No puedo hablar de las ponencias, no tuve tiempo de escucharlas, espero que les haya ido mejor. Para recuperarme, asistí al
BeatleMania Now en el Anayansi. Como dijo el amigo Billy, un facsimil competente.
Rescatados:
Gentlemen of the Road y
The Yiddish Policemen's Union por Michael Chabon, a un dólar en Gran Morrison, quienes esperan a que termine
The Amazing Adventures of Kavalier and Clay, que adquirí a un muy buen precio en Dolega.