Hay quienes dirán que alguien del calibre de Julio no necesita de artificios para su apreciación, pero a la vez, no todo lector “capta” esos detalles que diferencian y hacen especial a un escritor de forma inmediata.
Este es el meollo del asunto: en un mundo donde miles de nuevas obras son publicadas al día, el arte de la lectura esta amenazado o hasta reemplazado por la Internet, las casas editoriales necesitan tomar ventaja de esos elementos que hacen única la palabra impresa sobre papel. Hasta que nos acostumbremos a leer libros en formato electrónico.
La Historia nos dice que previo a la invención de la prensa el acceso a los libros era un privilegio, pocos podían costear el trabajo de un manuscrito iluminado pintado sobre vellum de oveja por tipos que luego de terminarlos se quedaban ciegos por el esfuerzo. A raíz de este avance, se democratizó la lectura y multiplicó la disponibilidad de temas. Internet se apunta como la siguiente etapa, hoy podemos encargar de cualquier parte del mundo las obras más oscuras o ediciones especiales que se nos ocurran (De pronto podría conseguir esos libros de Cortázar por Amazon).
Pero seamos realistas, aunque en apariencia es así, en la Internet no esta “todo” y el día en que sea viable el acceso completo a obras por éste medio esta lejos. Hay consideraciones de derecho de autor e inclusive ecológicas (árbol-papel) que deben resolverse. Aparte, los que podemos utilizar la red somos minoría y sin una guía es fácil extraviarse.
Dejando atrás nuestras preocupaciones, podríamos imaginar una edición personalizada* de Cronopios y Famas, con fotos de conocidos que encarnen dichos arquetipos. Suena a una Esperanza, pero en realidad es un Cronopio.
*Luego de escribir el post me acordé que esto ya existe: www.lulu.com
Imagen de Julio Cortazar cortesía de Diego Manuel Rodriguez
No hay comentarios.:
Publicar un comentario