Mientras que en otras latitudes, grandes y chicos utilizan parches de ojo, añaden espadas de plástico y loros a sus coloridos disfraces y lo más importante, incorporan la falsa jerga pirata escuchada en películas a sus conversaciones, acá en los países de habla hispana nos vemos reducidos a la aburrida rutina del lenguaje correcto y la supresión del machismo burlón.
Es triste como la historia nos ha condenado a este horroroso destino, el de ser víctimas y no pillos glorificados de la corona inglesa, condición que heredada desde los tiempos del imperio español y por tanto, objetivo preferido de legendariamente crueles/caballerosos personajes como Henry Morgan, el Capitán Drake o Garfio!
En fin, aunque privados del pillaje nadie nos puede prohibir escuchar Pirates por Emerson, Lake y Palmer o declamar a viva voz:
Con diez cañones por banda,viento en popa,
a toda vela,no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman, por su bravura,
El Temido,en todo mar conocido
del uno al otro confín.
La luna en el mar riela
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa:
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul:
Navega, velero mío sin temor,
Navega, velero mío sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas hemos hecho
a despecho del inglés
y han rendido sus pendones
cien naciones a mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Allá muevan feroz guerra
Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa, sea cualquiera,
ni bandera de esplendor,
que no sienta mi derecho
y dé pechos mi valor.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
A la voz de "¡barco viene!"
A la voz de "¡barco viene!"
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
En las presas
yo divido
lo cogido por igual;
sólo quiero por riqueza
la belleza sin rival.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna antena,
quizá en su propio navío
Y si caigo,¿qué es la vida?
Y si caigo,¿qué es la vida?
Por perdida ya la di,
cuando el yugo del esclavo,
como un bravo,sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Son mi música mejor aquilones,
Son mi música mejor aquilones,
el estrépito y temblor de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos y el rugir de mis cañones.
Y del trueno al son violento,
y del viento al rebramar,
yo me duermo sosegado,
arrullado por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
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